‘’Sí, amigas, de las de verdad, porque eso es lo que eres
para mí, una amiga de las que cuesta tener, de las que conoces de verdad y
sabes que aunque tengáis mejores y peores momentos siempre va a estar contigo, siempre te va a
esperar y a querer.’’ Así definió ella hace algo menos de un año, en el día de
mi cumpleaños, nuestra amistad. No podría haberlo hecho mejor.
Recorriendo mentalmente cada minuto de mi vida, encuentro varias
sombras difuminadas que, aunque ahora inertes, supieron representar un papel
importante para mí. Cierro los ojos y veo a muchas personas pasar, personas a
las que me he entregado tal cual soy, personas con las que podré mantener una
relación cordial, pero que nunca serán lo que en su día fueron. Siempre he
dicho que la vida es una prueba constante, y a todos se nos anteponen
dificultades y baches, en función de los cuales vamos actuando de una manera u
otra y se obtienen unos resultados. También las relaciones se ponen a prueba, y
pasan por sus peores momentos, y hay veces que incluso te planteas si ella, esa
persona que te ha acompañado durante tanto tiempo, será una de las que
irremediablemente tengo que dejar marchar, porque nuestra amistad ya ha dado
suficiente de sí, porque ya hemos aprendido suficiente la una de la otra y no tenemos
nada más que ofrecernos. No hay que mirarlo como algo negativo, es simplemente
una persona que ‘’ya ha cumplido su cometido dentro de tu vida’’. Todo
esto se puede pensar en los peores
momentos, porque hay veces que lo ves todo oscuro, que piensas que la relación
ya no puede volver a ser como antes. Y en efecto, hay veces que estás en lo
cierto y se ha de poner punto y final, pero hay otras veces que no. Es difícil
explicarlo, pero sabes cuándo estás equivocado y cuando no, y yo sé que en las
épocas de distanciamiento con esta personita tenía un vacío dentro de mí, que sentía
que había una parte de mi corazoncito que sólo ella puede ocupar, que la echaba
de menos.
Como he comenzado diciendo, recorro cada minuto de mi vida,
de hace ya varios años atrás, y veo que la mayoría de acontecimientos
importantes están relacionados con ella, que ella es uno de los pilares sobre
los que me sustento y que soy lo que soy, en gran parte, porque ha estado a mi
lado y me ha ayudado a tirar para adelante. Si bien es cierto que las dos hemos
tenido nuestras tonterías, las dos nos hemos escuchado llorar, y nos hemos
secado las lágrimas la una a la otra cuando ha sido necesario; también lo es
que hemos reído como auténticas mañacas( que al fin y al cabo es lo que somos) y
nos hemos contado esas cosas tan, tan, asquerosas que no soy capaz de contarle
a nadie más. Ya no somos las crías que inventaban bailes con las ‘’Chup’s’’ y
que pasaban horas y horas haciéndose fotos en la piscina para luego subirlas a
Tuenti. Las cosas cambian, no para peor, simplemente cambian. Me alegra mucho
ver cómo esa ‘’peque’’ que conocí hace 4
o 5 años, se ha convertido en lo que es ahora y yo he estado ahí para verlo.
Hemos empezado a madurar juntas, nos hemos pegado nuestros primeros batacazos
amorosos juntas y nos hemos ayudado hasta la saciedad.